Uno de los ‘realities’ estrella de la actual MTV ha sido
bautizado con el turbador título de Embarazada
a los 16. Cuando una flor se abre al entorno y le da muestras de
receptividad suelen pasar estas cosas, y la MTV, que es testigo y fedataria de
los hechos que conforman nuestra época, no podía sino dejar constancia de ello.
Ojeando la parrilla de la cadena, vemos que en su fuego se cocina otro espacio
llamado Teen mom 3, que presuntamente
aborda una temática similar, aunque no estoy seguro de que no se trate del
mismo, rebautizado así para captar a un público anglófilo. A este programa le sigue el ‘reality’ Ya no estoy gordo, cuyo nombre arroja
suficientes pistas acerca de los pormenores de su argumento. También está ese
otro sobre la vida en común de Alaska y Mario Vaquerizo: es una reposición de
hace dos o tres años, pero no importa, porque hay personas eternas que son a la
vez el ayer y el hoy, la flor y el florero, la adolescente y la madre y el
antes y el después del régimen de adelgazamiento.
En España siempre hemos ido con retraso en estas cosas y tradicionalmente
recibíamos las novedades culturales cuando en sus focos de origen habían dejado
de serlo hace tiempo, de manera que bastaba con encender la parabólica para ver
el futuro, es decir, para enterarse de qué tendencia era la que imperaba en la
poderosa América y nos iba a apabullar pasado mañana, pero la globalización y
la TDT parecen haber cambiado las normas y hoy la ciencia y el progreso llegan
a la vez a todos los rincones del universo. Vivimos, por lo tanto, en la zozobra
y cualquier predicción acerca del porvenir será arriesgada, en lo que se
refiere al mundo y en lo que se refiere a su reflejo en la MTV, cuyos
contenidos de 2015 son ahora mismo un arcano. Según la lógica bíblica, a la
Sodoma y Gomorra de ‘atrezzo’ en la que audiovisualmente habitamos debería
seguirle una lluvia de fuego de guardarropía, pero vaya usted a saber. Yo,
precisamente porque la incertidumbre es el signo de los tiempos, auguro una
explosión definitiva del ya pujante fenómeno de las pitonisas. Es sólo una conjetura
sin mayor fundamento: tres años son muchos y ni siquiera es del todo seguro que
Alaska vaya a estar con nosotros para entonces.
1 comentario:
Grande Cami
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