viernes

Petróleo


No es que el oro me vuelva loco. Siempre me ha parecido una horterada, tanto cuando lo he visto en pulseras o colgantes con la efigie de la Virgen del Rocío o Camarón como cuando lo he encontrado en la sonriente dentadura de algún ex presidiario o me lo han mostrado en sólidos lingotes con el nada cristiano fin de despertar mi codicia y mi envidia, pero eso de llamarle oro negro al petróleo se me antoja una hipérbole forzada y una metáfora difícilmente sostenible. El petróleo es un fluido que mancha todo lo que toca, como una especie de extraño y gorrino trasunto del rey Midas, y aunque a mí su olor me pueda parecer agradable o incluso estimulante creo que es justo y necesario que ponga un gesto grave para afirmar con absoluta solemnidad que apesta. Si no fuera porque una vez refinado permite que los coches anden y los jeques árabes y los magnates tejanos con corbatín de lazo y sombrero de cow-boy se forren y puedan dedicar sus vidas a beber té moruno y fumar de sospechosas pipas de agua sentados en ostentosas alfombras persas los primeros y a coleccionar todo tipo de objetos raros y hacerse traer piedra a piedra castillos medievales desde España los segundos, el petróleo sería un producto de poco tirón comercial y escasamente valorado por el público y su nombre apenas se escucharía en los noticieros de televisión ni tendría peso en nuestra cultura.

El petróleo se esconde bajo tierra, como los bichejos más repugnantes y las peores alimañas, y para extraerlo hay que emplear enormes taladros de aspecto fálico cuya presencia nunca podrá ser tolerada por los perplejos beduinos que transitan los inhóspitos desiertos a lomos de sus jibados y resistentes dromedarios y los conservadores campesinos de moral rígida que pueblan las vastas llanuras de la América profunda y levantan con sus propias y solidarias manos grandes casas de madera en las que los nuevos matrimonios que surgen dentro de la endogámica comunidad criarán a sus prolíficas descendencias. Después se distribuye por el mundo empleando un ingenioso sistema de tuberías al que algún hábil lingüista con cierta capacidad para la combinación de raíces latinas ha bautizado como oleoducto o se transporta en gigantescos barcos de tripulación por cierto exclusivamente masculina con tendencia a embarrancar y verter su precioso contenido en los mares, que ingratos lo arrastran con sus olas hasta las más o menos lejanas costas de Galicia y asfaltan de manera gratuita sus amplias y bellas playas como paso previo a su inevitable urbanización y a la lucrativa construcción de una batería de bloques de apartamentos con vistas al Cantábrico o al océano Atlántico.

Este pringoso líquido, además, y por si todo lo antedicho fuera poco, ha desbancado a la famosa perfidia femenina como primer generador histórico de conflictos bélicos. Los líderes de las poderosas naciones que antes se declaraban la guerra por el corazón de la Helena de Troya de turno ahora se tiran bombas por el control de los últimos yacimientos: eso priva a las campañas militares del inspirador trasfondo poético que un día tuvieron y las convierte en meras y estruendosas operaciones comerciales, por más que nos empeñemos en bautizarlas con nombres de novela de acción barata y hablemos de tormentas del desierto y libertades duraderas y por mucho que insistamos en comparar al mismo petróleo con el oro como si al fin hubiéramos dado con la archibuscada piedra filosofal. El petróleo se agotará un siglo de estos y entonces alguien encontrará otro milagroso chollo que haga que funcionen los motores y los raudos coches corran a la misma velocidad a la que se llenan sus bolsillos, pero hasta ese momento y según la infalible ley de la oferta y la demanda su precio seguirá subiendo a medida que las existencias vayan menguando y habrá cada día más tortas para hacerse con una lata de gasolina y esto terminará por parecerse de una forma bastante incómoda a la película ‘Mad Max’: el barril de crudo está por las nubes y a mí me da hasta miedo pensar a cuánto se pondrá cuando lo cocinen y qué demonios tendrá que hacer uno para conseguir que el fascista especulador o el organismo gubernamental marxista y quién sabe si leninista que controla las últimas reservas le recargue el mechero que necesita para encender el porro que le ayude a olvidar tanta miseria.

47 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que estoy en completo desacuerdo contigo, Camilo. En primer lugar, el ser humano mantiene desde siempre esa necesidad constante de expresarse, hay muchas formas de hacerlo, y en eso consiste estraer petróleo; es una forma de atrapar una emoción determinada y transmitirla para hacer participe al resto de la gente: ya sea a través de una lata de gasolina, un cacho de plástico, un frasco de benceno o una bombona de gas natural.
Además gracias al petróleo uno puede escapar, de alguna manera, de la realidad, tan abrupta, aburrida... Sólo decirte que sin el petróleo muchas personas no entenderíamos por qué la vida es algo más que un paseo sin sentido.
Ahora, que tú no lo necesites... ya es otro cantar.

Anónimo dijo...

Vamos, que además me parece penoso todo esto.

Anónimo dijo...

Un hombre genéticamente bien dotado debe tener pelos en la espalda.

Un hombre con el gusto bien educado debe tener la delicadeza de quitárselos antes de desnudarse en público.

Anónimo dijo...

Sólo una palabra:

Epilady

Lagata dijo...

¿Que en qué se parecen el oro y el petróleo para que algún iluminado amante de las comparaciones seudo poéticas le haya bautizado al segundo como "oro negro"?
¿Quizás las guerras que han provocado o provocan los incorfomistas que siempre quieren más(pasta, poder, aviones, yates, oro en los grifos del wáter o alimento para monstrusosos 4x4)?

A partir de ahora, usemos el pedo de vaca como combustible. Así evitaríamos además que se vaya al cielo y siga agujereando el toldo de ozono. Le podremos llamar (jijiji): oro bovino

Cayetana Altovoltaje dijo...

Yo nunca entendí la fascinación por el oro, cosa inútil y difícil de manipular donde las haya. El petróleo es otra cosa, el único inconveniente es que no es ilimitado, y que demasiados países son adictos.
Dejen el coche en casa y muevan el culo, joderrr.

Anónimo dijo...

Buena y documentada afirmación la suya acerca del petróleo y la mujer como factores determinantes del inicio de cualquier conflicto bélico. Con la diferencia de que la segunda es de naturaleza intrínsecamente pérfida y, pese a ello, totalmente imprescindible, aún más que la gasolina para encender el mechero del porro.

Unknown dijo...

No es que escasee el petroleo, evidentemente algún siglo de estos dejará de existir; lo que ocurre hoy en día es que para sacar 10l de petróleo inviertes 8l y ya no compensa tanto...
Para entonces, cuando se comercialice el coche electrico o alguna alternativa menos desatrosa, estará al alcance de los de siempre, que no me voy a molestar en decir quienes son... creo que todos lo sabemos.

Anónimo dijo...

A ver... loca no me he vuelto aún, pero si queréis que os diga la verdad referente a lo anteriormente dicho... algo de cariño y afecto siempre se tiene a otra persona, cuando ésta se porta bien contigo. ¿O no? Pues eso es exactamente lo que me pasa a mí con vosotros. Que aunque no os conozca personalmente, el hecho de intercambiar algunas palabras en mi blog y en el vuestro, se nota claramente que el ambiente que se respira es agradable, limpio y fresco. Y esta sensación realmente, me encanta.

Alicia Liddell dijo...

¿Ha subido la gasolina?

Anónimo dijo...

Sr. Don Camilo, es usted un montruo ( si así, sin "s"). Ese final es antológico. Esperemos que en ese siglo en el que se acabe el "petroro" quede suficiente para llenar mi "zippo" o el de mis descendientes (para ser más esatos) y así poder continuar con esa fantástica tradicción de nuestros adolescentes; fumarse unos "porros" a la salut del capitalismo. (!ele¡)

Anónimo dijo...

ERES UN NAZI PROGRE PENOSO Y ESTAS TÍAS NO TIENEN NI IDEA

FOXÁ SÍ QUE ERA BUENO, IMBÉCIL

José Ignacio Montoto dijo...

El mejor oro, el que cagó el moro, evidentemente.

Saludos Don Camilo.

Anónimo dijo...

Loca no me he vuelto aún.

Anónimo dijo...

Suscribo lo dicho por la señorita Santa.

Tenga a bien deleitarnos con una foto de su rostro, Lucía, tenga a bien... hágalo aunque sólo sea porque soy mayor y la papada se me derrama como un pellejo muerto. Un respeto a los mayores.

P.D Si me dices que eres monárquica, entonces ya mojo las bragas, rica.

Anónimo dijo...

Me consta que Camilo de Ory no dice estas cosas en serio. Yo le he visto ganarse polvos y el favor de señoritas varias (que no de meretrices, las meretrices para los mariquitas) defendiendo el atlantismo, que es una postura o una impostura más que una ideología, en contra de las incoherencias que nos relata en este artículo. A lo mejor CdO no es un imperialista, ni siquiera un atlantista, pero sí un follador. Y éso es porque además de ser escrito, vive como escritor. O sea, lo que hay que hacer.

(Esto también lo he dictado en mi lecho de muerte.)

Anónimo dijo...

MIRADME TODOS, SOY EL SOLITARIO.

Anónimo dijo...

¿Que es Camilo de ory? ¿Una hamburguesa?

Anónimo dijo...

A la gente no le interesa el petróleo, señor de Ory, a la gente le interesa en el pan de final de mes.

Y ETA. A la gente le interesa ETA.

Camilo de Ory y la Opinión de Málaga, siempre tapando la verdad.

Anónimo dijo...

¡Socialista!

Anónimo dijo...

¿Quería decir socialista?

¿O quería decir SOScialista?

HA HA HA HA HA HA HA

(SOS de socorro, ¿eh?, de socorro)

HA HA HA HA HA HA

Anónimo dijo...

HA HA HA HA HA HA HA

(a ver si me entrevista alguien de noche hache...)

HA HA HA HA HA HA HA HA

Anónimo dijo...

No tengo NADA, que decir.

NADA.

Anónimo dijo...

¿Sos coscientes, Camilo, de la influensia que ejersés sobre el resto de blogs suramericanos?

Anónimo dijo...

Huimos de esnifar petróleo, como si huyéramos de un perro rabioso que nos quiere morder. Si la bestia al final se apodera de nosotros y consigue mordernos, acabará por transmitirnos todos los virus que el mismo posee. Y nada más hincar la puntita de sus colmillos, nos hará caer en una profunda y grave enfermedad psicológica, como es la ansiedad y la depresión; ellos son los responsable de meternos en una espiral sin fin de temor, angustia, desesperación y de un conjunto de malas sensaciones, que nos hará sentir como si nos faltara la respiración, ahogándonos en nuestras propias lágrimas.

En cambio, cuando una persona busca esnifar el petróleo, es lo más placentero que se puede tener en ese momento, porque es lo que más desea. Y en realidad, cada uno de nosotros de vez en cuando, añoramos volver a tener este pringoso líquido en la cavidad nasal. Que es ni más ni menos que una simple dedicación que nos hacemos a nosotros mismos en alguna ocasión y que tanto nos merecemos. Porque así nos podemos conocer mejor, auto-criticando y reflexionando de como somos en realidad. Y aunque sea difícil, nos ayuda a intentar cambiar todo aquello que no nos gusta de nosotros mismos y a superarnos poco a poco.

*Nota: El texto que habéis leído, es una reflexión propia, por eso si creéis que no tengo del todo razón en algún punto o queréis añadir algo, podéis hacerlo aquí, en la sección de comentarios, gracias. Yo no soy especialista en esto, pero me entusiasma todo lo que va relacionado con el tema del petróleo y la nariz, por eso me gustaría aprender más de los que más saben.

Anónimo dijo...

Niños y niñas, tomad precauciones: vuestra vida está en juego. Y recordad:

NADA RESBALA MÁS QUE UNA CORRIDA

Joan dijo...

La energía que desprenden los pelos púbicos quemados es mil veces superior a la del oróleo. ¡Temblad, jeques! Esto si que sería una energía alternativa.

Gavanido dijo...

Yo estoy con usted Don Camilo. Alguien tendría que inventar un vehículo que funcionase con oro del normal. Tres crucifijos a los cien por ejemplo. De este modo acabaría el problema del petroleo, y la religión tendría un por qué más, con lo que ganaría adeptos o adictos.

Reciba una mustia lavadora.

Sr. Curri dijo...

Gran artículo, sr. de Ory, como viene siendo habitual, con el desparpajo que le caracteriza. Pero si no fuera el petróleo, ya se inventarían otra cosa para comerciar y para hacer guerras. Al aceite de oliva le llaman también el oro líquido, que vivan los poetas, poetas andaluces.
En otro orden de cosas, yo quisiera hacerle caer en la recurrencia habitual que tiene usted en sus escritos a los símbolos fálicos y los barcos llenos de hombres. Seguro que la señorita santa y usted hacen buena pareja.

Espero que esté usted bien, le deseo un buen comienzo de curso escolar. Y le envío un abrazo casto y varonil.

Anónimo dijo...

¡¡Sin el petróleo nunca se hubiera hecho la película "Gigante"!!

Anónimo dijo...

Ni Grace Kelly hubiera podido ir a Montecarlo porque no hubiera tenido pasta (pasta negra) ni encontrar a Cary Grant en Atrapa a un Ladrón, ni conocer a Rainiero. Qué horror. Ni hubiera nacido Carolina de Mónaco, etc etc

Anónimo dijo...

¿Y qué pondrán los gordos en sus cafeses para quitarse el remordimiento por el entrecó que se acaban de jamar cuando se acabe el pretóleo y no haiga más sacarina?

Será un poblema.

Conciencias sucias

Anónimo dijo...

He abierto un blog personal, con comentarios personales, ideas personales, observaciones personales. Todo es tan personal que produce arcadas. No quiero adoctrinar a nadie, ni quiero que mis palabras sean ley. INSTAURO mi opinión como cualquier otro puede INSTAURAR la suya, y cada uno a su casa. Si te gusta, genial, si participas, también. Pero si no te gusta lo que lees, lo que ves, o los comentarios de los demás lectores te desagradan, la solución es muy simple: No vuelvas. No se acaba el mundo y hay miles de blogs ahí fuera con los que pasar el rato.

Anónimo dijo...

INSTAURO mi opinión.

Nadie me va a DERROCAR.

Soy LA PRESIDENTA.

He vuelto.

Anónimo dijo...

Los dobles sentidos, las ironías, las pataletas o el acoso no entran en mi estilo. ¡Cómprate una vida si te aburres, PLEBEYO!

Anónimo dijo...

REGLA NÚMERO UNO:

Los dobles sentidos, las ironías, las pataletas o el acoso no entran en mi estilo.

¡Cómprate una vida si te aburres!

Anónimo dijo...

¡REGLA NÚMERO UNO!

Anónimo dijo...

He contado 9 comas en el texto. Puede que se me haya escapado alguna. ¿Tienes algo en contra de las pausas? Perdona la indiscreción.

Anónimo dijo...

¡Ja! ¿Lo ves, Camilo? A ELLA TAMPOCO LE VA TU ROLLO.

QUE SE PIREN LOS ESCRITORZUELOS DE MEDIO PELO.

¡PÍRATE!

REGLA NÚMERO UNO, PLEBEYO.

Anónimo dijo...

Había olvidado decir que no hace falta fijarse mucho para darse cuenta de la de cantidad de concursos (infumables) que circulan por todas partes tratando el entretenimiento como una competición donde supuestamente hay que ser mejor que el resto de “concursantes”, como el que se ha preparado para una carrera de fondo y vence a sus rivales, o como el que va a un concurso de televisión y acierta más preguntas que el otro, cuando en realidad el entretenimiento no se rige por las pautas de una competición sino ¡¡¡POR LOS CHOCHETES!!!

Pardillos. Jejejejejejejee.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo en que los que se hacen famosos en los concursos realmente no son nada de lo que nosotros tenemos en nuestra mente, porque la perfección no existe, y sólo existe en nuestra propia imaginación. Ésta definición la hemos inventado nosotros mismos y desde que tenemos uso de razón la tenemos implantada en nuestro propio subconsciente, por eso, tenemos una idea equivocada sobre este tema y deberíamos cambiarlo lo antes posible.

Lo demás no lo he entendido, pero si me lo explicas ¡seguro que me gusta muchísimo!

Popeta dijo...

A mí tampoco es que me vuelva loco el oro, artículo más que interesante.

Juan Manuel de Prada dijo...

Es la última vez que lo pregunto:

¿alguien va a terminarse ese bollicao?

Anónimo dijo...

"Siendo una amante de los animales, he querido hacer este nuevo blog. En él, trataré un poco sobre las noticias más escalofriantes de nuestro amiguitos, los animales, y también alguna que otra curiosidad graciosa. Esto será más o menos los temas que tocaré de vez en cuando, pero en realidad, he querido abrir este nuevo espacio, con el propósito de dar mucha información de nuestras mascotas, de ahí viene el nombre de este blog.
La idea me surgió el otro día, cuando me dio por pensar en las conversaciones que había tenido con gente conocida sobre sus animalitos de compañía. He notado que casi todo el mundo tiene mascotas en su casa, sí, pero que en realidad no entienden la psicología del animalito y los tratan de una manera no demasiado correcta, por eso creo, que haciendo esto, puedo solucionar algunos malentendidos que se tiene habitualmente entre el amo y su mascota, o al menos eso pretendo hacer" [sic]

RuVia, Alta, De Muy Buen Parecer

Adrian Vogel dijo...

¡Aquí hay musho marxista-pesimista suelto!

http://elmundano.wordpress.com

Anónimo dijo...

A mi me flipan los prototipos. Mirad ESTA MARAVILLA.

Anónimo dijo...

A mi me flipan los prototipos. Mirad ESTA MARAVILLA.