domingo

Sangre azul


Voy a traicionar a mis firmes convicciones proletarias y a dejar de ser discreto por un día para contarles que, según están hoy por hoy las leyes, yo podría llegar a ser marqués si en una jugada maestra eliminara de la línea sucesoria a mi tío Curro y a toda su prole o descendencia reconocida. En ocasiones una voz interior me empuja a quitarlos de enmedio y a veces me he planteado la posibilidad de seguir los firmes dictados del propietario fantasma de esa voz, que parece tener las cosas muy claras y saber de lo que está hablando: no me vendría nada mal un título nobiliario para darle un empujoncito a mi carrera y para poner de paso un poco de glamour en mi vida. Y creo que a la nobleza también le sentaría bien que un agradable pimpollo como yo se incorporara a sus filas y trajera nuevos aires a sus poco ventilados salones de baile.

Porque la aristocracia y la jet-set en general ya no son lo que eran: las más que frecuentes bodas endogámicas que se celebran entre sus miembros han dado lugar al nacimiento de toda una generación de curiosos ejemplares que han dejado de servir de modelo para el pueblo y han pasado a convertirse en algo parecido a sus alegres e involuntarios bufones. Los Grandes de España antes hacían sobria vida palaciega y se consagraban al servicio de la patria y a benéficas actividades tales como el mecenazgo o la oración y ahora hacen vida nocturna en Ibiza y frecuentan en nutridos grupos los servicios de las discotecas de moda: todos sabemos gracias a las campañas del Ministerio de Sanidad que a los que se dan a este tipo de excesos se les termina metiendo un gusano enorme y asqueroso por la nariz y que si a pesar de ello siguen en sus trece luego tienen serios problemas para concentrarse en la escuela o en el trabajo, aunque no es probable que esto último, me refiero a lo de los potenciales conflictos académicos o laborales, sea algo que preocupe mucho a nuestros festivos millonarios.

Creo que cumplo con todos los requisitos necesarios para unirme a la gente guapa: soy bastante vago, por mis venas corre abundante sangre azul y no sé hacer absolutamente nada de provecho, aparte de cantar y bailar con los pantalones en los tobillos cuando estoy muy borracho y de intentar, por lo general sin éxito, provocar a las feministas radicales y a los curas con breves textos como el que ahora leen. Como detesto la violencia y no tengo a mano un frasco de polonio para obsequiar con su radiactivo contenido a mis nobles familiares, he decidido llegarme los fines de semana a Marbella a ver si encuentro por los bares a un buen partido que me haga feliz para siempre: me consta que las nenas de la alta sociedad suelen enamorarse de los guardaespaldas y de los domadores, así que me he comprado un traje oscuro, unas gafas de sol, una pistola, una casaca roja con botones dorados y un látigo y dedico las noches de los sábados a recorrer los garitos de Puerto Banús ataviado y equipado con ellos: sólo es cuestión de tiempo que caigan en mis redes una o dos ricas, moderadamente famosas y nada plebeyas herederas y yo pase por la vía política a mejor vida.

38 comentarios:

La Chica de la Tienda de Mascotas dijo...

Derecho a la pereza

Kaleidoscope Girl dijo...

La nobleza te ha devuelto la pelota -jaja-

Qué mal te ves por tu mala cabeza, Camylo.

Anónimo dijo...

¿Feo, católico y sentimental?

Anónimo dijo...

Guapo, Rico y Distinguido.

Anónimo dijo...

Bolas de pelo escupía yo los domingos por la mañana, como los gatos.

Juan Manuel Gil dijo...

grato descubrimiento el mío. te pronostico una pronta incorporación a la nobleza. me pasaré por aquí a menudo. mi casa ya es tuya: www.lacasadelnadador.es

Virrey Mendoza dijo...

Nobleza obliga, yo quiero chaquetas blazer azul marino con botones dorados, gorra de capitán, pantalón blanco, mocasín de rejilla y dos mozas con apellidos griegos.
Mi apellido: Tereso de Jujenluje

Eddy Lebowski dijo...

Es mejor pegar el bragetazo con una rica anónima, si algún día le pones los cuernos no saldrás en Salsa Rosa ni en el tomate.

Anónimo dijo...

No le encuentro la gracia a este artículo. Si lo que Camilo quería dar a entender es que no le gustan los vizcondes, pues podía haberlo dicho directamente, y si quería dar a entender que sí le gustan, pues también, y dejarse de dar rodeos y de inventarse palabras como "prole" y "abundante", que él sabrá lo que significan, si es que significan algo.

Vamos, que es mi opinión, y tengo derecho a expresarla.

Anónimo dijo...

Pero vamos a ver. Cuando el autor dice:

"Voy a traicionar a mis firmes convicciones proletarias y a dejar de ser discreto por un día para contarles que, según están hoy por hoy las leyes, yo podría llegar a ser marqués si en una jugada maestra eliminara de la línea sucesoria a mi tío Curro y a toda su prole o descendencia reconocida. En ocasiones una voz interior me empuja a quitarlos de enmedio y a veces me he planteado la posibilidad de seguir los firmes dictados del propietario fantasma de esa voz, que parece tener las cosas muy claras y saber de lo que está hablando: no me vendría nada mal un título nobiliario para darle un empujoncito a mi carrera y para poner de paso un poco de glamour en mi vida. Y creo que a la nobleza también le sentaría bien que un agradable pimpollo como yo se incorporara a sus filas y trajera nuevos aires a sus poco ventilados salones de baile.
Porque la aristocracia y la jet-set en general ya no son lo que eran: las más que frecuentes bodas endogámicas que se celebran entre sus miembros han dado lugar al nacimiento de toda una generación de curiosos ejemplares que han dejado de servir de modelo para el pueblo y han pasado a convertirse en algo parecido a sus alegres e involuntarios bufones. Los Grandes de España antes hacían sobria vida palaciega y se consagraban al servicio de la patria y a benéficas actividades tales como el mecenazgo o la oración y ahora hacen vida nocturna en Ibiza y frecuentan en nutridos grupos los servicios de las discotecas de moda: todos sabemos gracias a las campañas del Ministerio de Sanidad que a los que se dan a este tipo de excesos se les termina metiendo un gusano enorme y asqueroso por la nariz y que si a pesar de ello siguen en sus trece luego tienen serios problemas para concentrarse en la escuela o en el trabajo, aunque no es probable que esto último, me refiero a lo de los potenciales conflictos académicos o laborales, sea algo que preocupe mucho a nuestros festivos millonarios.
Creo que cumplo con todos los requisitos necesarios para unirme a la gente guapa: soy bastante vago, por mis venas corre abundante sangre azul y no sé hacer absolutamente nada de provecho, aparte de cantar y bailar con los pantalones en los tobillos cuando estoy muy borracho y de intentar, por lo general sin éxito, provocar a las feministas radicales y a los curas con breves textos como el que ahora leen. Como detesto la violencia y no tengo a mano un frasco de polonio para obsequiar con su radiactivo contenido a mis nobles familiares, he decidido llegarme los fines de semana a Marbella a ver si encuentro por los bares a un buen partido que me haga feliz para siempre: me consta que las nenas de la alta sociedad suelen enamorarse de los guardaespaldas y de los domadores, así que me he comprado un traje oscuro, unas gafas de sol, una pistola, una casaca roja con botones dorados y un látigo y dedico las noches de los sábados a recorrer los garitos de Puerto Banús ataviado y equipado con ellos: sólo es cuestión de tiempo que caigan en mis redes una o dos ricas, moderadamente famosas y nada plebeyas herederas y yo pase por la vía política a mejor vida."

¿Qué quiere decir realmente? ¿A dónde le conduce su dircurso? ¿Y a dónde nos conduce? ¿Al Despotismo Ilustrado? ¿A la Revolución?

Estoy confusa. Tengo que analizar esto más despacio, tal vez con un reconfortante tazón de cacao siempre a la verita mia.

Chica fina opina dijo...

No hagas caso de lo de los guarda-espaldas y los domadores de circo, eso cosa de la Etefi, que se empeña en ser la más rara para ganarlas a todas.

Anónimo dijo...

A veces eran bolas negras, a veces eran rubias, pero he de confesar no sin orgullo que casi siempre eran entreveradas.

Anónimo dijo...

Estoy abriendo mi alma.

Anónimo dijo...

Es que veo aquí mucho tabú y mucho callar lo que dicen los ojos.

Anónimo dijo...

¡¡¡FASCISTAS!!!

Anónimo dijo...

Si no se lo creen, pregunten por los bares.

Anónimo dijo...

Esto me parece absolutamente redhibitorio.

Anónimo dijo...

Traidor, facha, pequeñoburgués. Tu cabeza de aristocrata también rodará.

Anónimo dijo...

¿Es a mí? ¿No sabe usted que yo soy un icono del librepensamiento postsesentayochista? ¿Le he contado lo de la Bardot?

Bolas de pelo.

Anónimo dijo...

Yo que tú me había callado, chavalote. Primero rajas de los franceses y ahora te metes a marqués: te vas a cagar.

L'amour de la justice, de l'humanité et de la liberté est une passion comme une autre, quand elle est dominante, on lui sacrifie tout. L'Association Maximilien Robespierre pour un Idéal Démocratique est heureuse de vous accueillir. Promenez-vous sur ce site à votre guise, autant que vous le désirez et découvrez Maximilien Robespierre !

Anónimo dijo...

No, no iba por usted, pequeño narcisita pequeñoburgués, iba por el fascista de Camilo, que pese a tener como "afines" al Granma, Pravda y Rebelion, se ha desenmascarado a sí mismo confesando su pretensión a la aristrocacia. El proletariado no perdona. La aurora roja se acerca.

Anónimo dijo...

Mi duda es ésta. Cuando Camilo dice:

"Voy a traicionar a mis firmes convicciones proletarias y a dejar de ser discreto por un día para contarles que, según están hoy por hoy las leyes, yo podría llegar a ser marqués si en una jugada maestra eliminara de la línea sucesoria a mi tío Curro y a toda su prole o descendencia reconocida. En ocasiones una voz interior me empuja a quitarlos de enmedio y a veces me he planteado la posibilidad de seguir los firmes dictados del propietario fantasma de esa voz, que parece tener las cosas muy claras y saber de lo que está hablando: no me vendría nada mal un título nobiliario para darle un empujoncito a mi carrera y para poner de paso un poco de glamour en mi vida. Y creo que a la nobleza también le sentaría bien que un agradable pimpollo como yo se incorporara a sus filas y trajera nuevos aires a sus poco ventilados salones de baile.
Porque la aristocracia y la jet-set en general ya no son lo que eran: las más que frecuentes bodas endogámicas que se celebran entre sus miembros han dado lugar al nacimiento de toda una generación de curiosos ejemplares que han dejado de servir de modelo para el pueblo y han pasado a convertirse en algo parecido a sus alegres e involuntarios bufones. Los Grandes de España antes hacían sobria vida palaciega y se consagraban al servicio de la patria y a benéficas actividades tales como el mecenazgo o la oración y ahora hacen vida nocturna en Ibiza y frecuentan en nutridos grupos los servicios de las discotecas de moda: todos sabemos gracias a las campañas del Ministerio de Sanidad que a los que se dan a este tipo de excesos se les termina metiendo un gusano enorme y asqueroso por la nariz y que si a pesar de ello siguen en sus trece luego tienen serios problemas para concentrarse en la escuela o en el trabajo, aunque no es probable que esto último, me refiero a lo de los potenciales conflictos académicos o laborales, sea algo que preocupe mucho a nuestros festivos millonarios.
Creo que cumplo con todos los requisitos necesarios para unirme a la gente guapa: soy bastante vago, por mis venas corre abundante sangre azul y no sé hacer absolutamente nada de provecho, aparte de cantar y bailar con los pantalones en los tobillos cuando estoy muy borracho y de intentar, por lo general sin éxito, provocar a las feministas radicales y a los curas con breves textos como el que ahora leen. Como detesto la violencia y no tengo a mano un frasco de polonio para obsequiar con su radiactivo contenido a mis nobles familiares, he decidido llegarme los fines de semana a Marbella a ver si encuentro por los bares a un buen partido que me haga feliz para siempre: me consta que las nenas de la alta sociedad suelen enamorarse de los guardaespaldas y de los domadores, así que me he comprado un traje oscuro, unas gafas de sol, una pistola, una casaca roja con botones dorados y un látigo y dedico las noches de los sábados a recorrer los garitos de Puerto Banús ataviado y equipado con ellos: sólo es cuestión de tiempo que caigan en mis redes una o dos ricas, moderadamente famosas y nada plebeyas herederas y yo pase por la vía política a mejor vida."

Quiere decir, literalmente:

"Voy a traicionar a mis firmes convicciones proletarias y a dejar de ser discreto por un día para contarles que, según están hoy por hoy las leyes, yo podría llegar a ser marqués si en una jugada maestra eliminara de la línea sucesoria a mi tío Curro y a toda su prole o descendencia reconocida. En ocasiones una voz interior me empuja a quitarlos de enmedio y a veces me he planteado la posibilidad de seguir los firmes dictados del propietario fantasma de esa voz, que parece tener las cosas muy claras y saber de lo que está hablando: no me vendría nada mal un título nobiliario para darle un empujoncito a mi carrera y para poner de paso un poco de glamour en mi vida. Y creo que a la nobleza también le sentaría bien que un agradable pimpollo como yo se incorporara a sus filas y trajera nuevos aires a sus poco ventilados salones de baile.
Porque la aristocracia y la jet-set en general ya no son lo que eran: las más que frecuentes bodas endogámicas que se celebran entre sus miembros han dado lugar al nacimiento de toda una generación de curiosos ejemplares que han dejado de servir de modelo para el pueblo y han pasado a convertirse en algo parecido a sus alegres e involuntarios bufones. Los Grandes de España antes hacían sobria vida palaciega y se consagraban al servicio de la patria y a benéficas actividades tales como el mecenazgo o la oración y ahora hacen vida nocturna en Ibiza y frecuentan en nutridos grupos los servicios de las discotecas de moda: todos sabemos gracias a las campañas del Ministerio de Sanidad que a los que se dan a este tipo de excesos se les termina metiendo un gusano enorme y asqueroso por la nariz y que si a pesar de ello siguen en sus trece luego tienen serios problemas para concentrarse en la escuela o en el trabajo, aunque no es probable que esto último, me refiero a lo de los potenciales conflictos académicos o laborales, sea algo que preocupe mucho a nuestros festivos millonarios.
Creo que cumplo con todos los requisitos necesarios para unirme a la gente guapa: soy bastante vago, por mis venas corre abundante sangre azul y no sé hacer absolutamente nada de provecho, aparte de cantar y bailar con los pantalones en los tobillos cuando estoy muy borracho y de intentar, por lo general sin éxito, provocar a las feministas radicales y a los curas con breves textos como el que ahora leen. Como detesto la violencia y no tengo a mano un frasco de polonio para obsequiar con su radiactivo contenido a mis nobles familiares, he decidido llegarme los fines de semana a Marbella a ver si encuentro por los bares a un buen partido que me haga feliz para siempre: me consta que las nenas de la alta sociedad suelen enamorarse de los guardaespaldas y de los domadores, así que me he comprado un traje oscuro, unas gafas de sol, una pistola, una casaca roja con botones dorados y un látigo y dedico las noches de los sábados a recorrer los garitos de Puerto Banús ataviado y equipado con ellos: sólo es cuestión de tiempo que caigan en mis redes una o dos ricas, moderadamente famosas y nada plebeyas herederas y yo pase por la vía política a mejor vida."

O es una ficción de su yo la que dice:

"Voy a traicionar a mis firmes convicciones proletarias y a dejar de ser discreto por un día para contarles que, según están hoy por hoy las leyes, yo podría llegar a ser marqués si en una jugada maestra eliminara de la línea sucesoria a mi tío Curro y a toda su prole o descendencia reconocida. En ocasiones una voz interior me empuja a quitarlos de enmedio y a veces me he planteado la posibilidad de seguir los firmes dictados del propietario fantasma de esa voz, que parece tener las cosas muy claras y saber de lo que está hablando: no me vendría nada mal un título nobiliario para darle un empujoncito a mi carrera y para poner de paso un poco de glamour en mi vida. Y creo que a la nobleza también le sentaría bien que un agradable pimpollo como yo se incorporara a sus filas y trajera nuevos aires a sus poco ventilados salones de baile.
Porque la aristocracia y la jet-set en general ya no son lo que eran: las más que frecuentes bodas endogámicas que se celebran entre sus miembros han dado lugar al nacimiento de toda una generación de curiosos ejemplares que han dejado de servir de modelo para el pueblo y han pasado a convertirse en algo parecido a sus alegres e involuntarios bufones. Los Grandes de España antes hacían sobria vida palaciega y se consagraban al servicio de la patria y a benéficas actividades tales como el mecenazgo o la oración y ahora hacen vida nocturna en Ibiza y frecuentan en nutridos grupos los servicios de las discotecas de moda: todos sabemos gracias a las campañas del Ministerio de Sanidad que a los que se dan a este tipo de excesos se les termina metiendo un gusano enorme y asqueroso por la nariz y que si a pesar de ello siguen en sus trece luego tienen serios problemas para concentrarse en la escuela o en el trabajo, aunque no es probable que esto último, me refiero a lo de los potenciales conflictos académicos o laborales, sea algo que preocupe mucho a nuestros festivos millonarios.
Creo que cumplo con todos los requisitos necesarios para unirme a la gente guapa: soy bastante vago, por mis venas corre abundante sangre azul y no sé hacer absolutamente nada de provecho, aparte de cantar y bailar con los pantalones en los tobillos cuando estoy muy borracho y de intentar, por lo general sin éxito, provocar a las feministas radicales y a los curas con breves textos como el que ahora leen. Como detesto la violencia y no tengo a mano un frasco de polonio para obsequiar con su radiactivo contenido a mis nobles familiares, he decidido llegarme los fines de semana a Marbella a ver si encuentro por los bares a un buen partido que me haga feliz para siempre: me consta que las nenas de la alta sociedad suelen enamorarse de los guardaespaldas y de los domadores, así que me he comprado un traje oscuro, unas gafas de sol, una pistola, una casaca roja con botones dorados y un látigo y dedico las noches de los sábados a recorrer los garitos de Puerto Banús ataviado y equipado con ellos: sólo es cuestión de tiempo que caigan en mis redes una o dos ricas, moderadamente famosas y nada plebeyas herederas y yo pase por la vía política a mejor vida."

De manera que no cabe entender el texto al pie de la letra, sino como el delirio de un sujeto ajeno al autor pero cuya psique, dicho sea esto en el sentido argentino de la palabra, se relaciona de alguna manera con la de éste.

Anónimo dijo...

Para la aplicada estudiante:
Mira bonita, eres una chupapollas, deja de dar la lata, eres la peor chupahuevos que he conocido. Déjanos en paz.
Fascista.

Miriam (flxt) dijo...

Pero nene, que la nobleza ahora sale bailando en la televisión.
¿De verdad quieres esa vida? Uy uy uy...

Virginia dijo...

La verdad es que me parecería mucho más interesante acabar en calle Granada tocando la flauta: A un lado un lindo perro pulgoso, a otro la vieja que vende claveles y estampas de santos en su carro... Sería la bomba. Otra semana te lo podías montar vendiendo pulseritas de hilo allí mismo, descalzo, comío de mierda. ¿Qué te parece? Ir de perdedor, pero a lo grande. Hace unos años ganó el Loewe de poesía un colega que curraba en un basurero... (después no era tal que así, pero lo que vendía era decir que trabajaba de basurero).
En fin, haz lo que creas, pero si decides que te merece la pena liquidar a tu tío y su prole, aquí tienes una letrada. Todo sea por tu marquesado, de Sade, ¿no?.

Vir

Anónimo dijo...

Pero Vicente Gallego ya era un poeta reconocido antes de trabajar en el basuero. De lgo hay que vivir.

Anónimo dijo...

¿Y de qué trabajó Vicente antes de ser basurero, siendo ya reconocido? Seguro que de algo igualmente inspirador (y lo digo con toda la seriedad)

Camilo, no mientas. En realidad, lo de la realiza es una excusa para asesinar a alguien, como tus primos, por ejemplo. (Entiéndase que la seriedad la dejé en el párrafito anterior :-S )

Anónimo dijo...

a miel unuico Marqués que me va es el de Griñón.

Anónimo dijo...

Según mis datos fue gogó y portero de discoteca, entre otras muchas cosas: no es una broma. Sin embargo, quien busque marginalidad y noche negra en su obra no la encontrará. La vida y los poemas de Vicente Gallego son dignos de ser conocidos y vividos, mejorando las de los presentes.

Anónimo dijo...

Gallego ha sido portero de discoteca, go-gó (o bailarín encima d euna tarima, que igual suena mejor), repartidor de paquetes... y supongo que etc.

Anónimo dijo...

¡Caramba! Hay duplicidad anónima de comentaristas

Anónimo dijo...

soy marica!

Anónimo dijo...

Mmm... no estoy de acuerdo con eso de que no encuentras marginalidad y noche negra en su obra. Quizás últimamente esté más místico, pero me consta que tiene algún relatillo de la movida valenciana propia de la ruta del bacalao. Y por suspuesto que es una vida digna de ser vivida, como casi todas. Al menos él es digno de conocer, eso ya no puede decirse de casi todos

Anónimo dijo...

si realmente quereis disfrutar en compañia de alguien con sangre azul estais a tiempo, aun tengo 33 años, para quien no me conozca le diré tan solo que soy diferente a la prole que se mueve a mi alrededor aunque les hago creer que soy uno mas, un mugriento curriqui o un bala perdida como elllos... son tan imbeciles que ni se coscan... pero yo pertenezco a la autentica clase privilegiada que se echa cremitas de las caras en mi dura cara. Invito a un cinzano cuando querais compartir unos momentos de altura real con alguien diferentemente alto en su ego y en su bolsillo. Camilo, que mal me caes boqueroncillo pero tambien te invito a un cinzano que tengo que promocionarme como sea.

Anónimo dijo...

"Corazón coraza" es un binomio fantástico?

Sr. Curri dijo...

ya que vas a ser de la nobleza, tienes que ir a lo grande.
Imagina que cambian la ley para no que no sea discriminatoria -una ley de sucesión a un trono en un país que no ha elegido ser monárquico, discriminatoria?-, imagina que para que Leonor pueda reinar cambian la ley... entonces le tocaría ser reina, por lógica, a la primera hija del rey, a la infanta Elena. Ella debe ser tu objetivo, tienes que acercarte a ella y en cuanto te conozca dejará a Marichalar.
Y serás el rey.

Anónimo dijo...

A mi me flipan los prototipos. Mirad ESTA MARAVILLA.

Anónimo dijo...

A mi me flipan los prototipos. Mirad ESTA MARAVILLA.